La higiene no es la misma
“Escoba nueva barre bien”, dijo un vecino de Tolosa cuando la localidad, en los primeros días de diciembre del año pasado lucía pulcra, con sus calles barridas y los montículos de basura prácticamente erradicados de casi toda la geografía.
Y Ringuelet era un espejo. Las cuadrillas del Centro Comunal trabajaban activamente para que el cambio en la conducción, también se notara en el aspecto de la localidad, y vaya si lo lograron.
Pero las hojas del almanaque empezaron a caer. Y junto con las del tercer mes del año, también lo empezaron a hacer las de los árboles. Se sumó el problema del CEAMSE y todo lo que brillaba, dejó de brillar. El tiempo no ayudó, la granizada contribuyó a aumentar los restos vegetales en la vía pública y el caos comenzó a reinar.
Las ramblas se convirtieron en volcaderos. En las esquinas aumentaron las montañas de desperdicio y todo lo que se había insinuado en un principio, no pasó más allá de un espejismo.
Ambas delegaciones, cuentan en la actualidad con más personal y más medios que la gestión anterior, pero pareciera que todavía no le tomaron la mano a la situación, y la respuesta es inversamente proporcional. Por lo menos, eso se ve reflejado en el estado que presentan las calles, ramblas y paseos públicos de Tolosa y Ringuelet.
Pero además, más allá de no haberle encontrado la vuelta a la situación, pareciera que han empezado a sobrevolar fantasmas, especialmente en la sub delegación, en donde el personal habría recibido la “sugerencia” que eviten todo contacto con el delegado anterior.
Tal vez, esto sea un mal pasajero y pueda solucionarse con un oportuno golpe de timón de una gestión que llegó con la clara intención de mejorar lo hecho por los anteriores, pero que hasta ahora, por diversos imponderables, no lo han podido lograr.
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