martes, 4 de diciembre de 2012

Una reliquia tolosana

Una medalla con historia

“La medalla la tengo por herencia, era de mi abuelo y cuando llegó a mis manos me di cuenta que era algo importante, es de 1903, no sé si alguien se la dio o regaló, porque mi abuelo era muy conocido al ser ferroviario…”, así comienza el relato de Néstor Rodolfo López, uno de los personajes emblemáticos de Tolosa y ahora, en el mes aniversario de este gran barrio, ha llegado el momento de conocer un poco más su particular historia.
Nacido en el hogar familia ubicado en 3 y 522, en lo que se denominaba Villa Rivera, hace 61 años, la vida de Néstor transcurrió íntegramente en las calles tolosanas siendo testigo privilegiado de los cambios y expansión del barrio.
La citada medalla constituye una reliquia y además posee gran valor histórico. Data de la inauguración de la iglesia Nuestra Señora del Carmen, otro sitio emblemático entre aquellas calles. Con las inscripciones de “Nuevo templo de Tolosa. La Plata” (su cara principal, acompañada de una imagen del mismo), “Monseñor Juan Nepomuceno Terrero bendijo y colocó la piedra fundamental el 24 de mayo de 1903” en su reverso, Néstor buscó averiguar su origen con historiadores locales.
De allí extrajo que el día de dicho acto se repartieron dos medallas de oro para el gobernador y vicegobernador, las de plata por su parte estuvieron destinadas a los senadores presentes, y las de cobre (como en este caso) para comerciantes importantes de la zona.
“No encontré ningún otro vecino de Tolosa que tenga una así ni tampoco sé cómo llegó a mi abuelo, aunque quizá haya tenido que ver con el hecho de haberse hecho conocido a través de su profesión”, deduce Néstor resaltando que por aquellos tiempos dedicarse al ferrocarril era importante, al tratarse de una actividad vital para la zona.
Tanto su familia materna como paterna son viejos vecinos de Tolosa. Mientras que su abuelo materno fue uno de los fundadores de la Escuela Nº 89, su abuelo paterno fue capataz 40 años en lo que era el galpón de máquinas, y en las horas extras era el nexo entre el inglés y los obreros que trabajaban para la construcción del puente de Tolosa.
Néstor, quien desde los cuatro años habita en 521 entre 6 y 7, vuelve a destacar que sus abuelos fueron pioneros allí en el barrio, y hasta se casaron en el templo de Ntra. Sra. del Carmen, lo que permite vincularlo más aún con esa significativa medalla.
“Cuando yo era chico eran todas las calles de tierra colorada, menos la calle siete que era angosta y pasaba el tranvía. Por el progreso, el tranvía se saca, se van asfaltando las calles y las casas se van modificando”, comenta el protagonista de esta nota quien además manifiesta ser fanático de la historia puesto que en su hogar además de la citada medalla, también conserva diversos elementos de época que se extienden desde fotos del barrio, ropa, lámparas antiguas y hasta fusibles utilizados en el combate de la Vuelta de Obligado.
López afirma que nunca se iría de Tolosa, ya que es su lugar en el mundo, y es un lugar donde todos lo conocen debido a su trabajo de arregla televisores. Al respecto dice que al finalizar la secundaria en el Colegio Nacional decidió estudiar Ingeniería debido a que le gusta la electrónica. “Después vinieron épocas difíciles para el país, y cuando nos tocó el servicio militar con unos amigos pedimos ir a City Bell donde estaba Comunicaciones, hicimos el curso que era todo electrónica y de ahí fuimos a trabajar a la fábrica de televisión”, expresa quien desde 1974 comenzó a trabajar por cuenta propia en el taller hoy ubicado en frente de su casa.
Para concluir, Néstor afirma que Tolosa a pesar de que ha crecido y viene gente de otros lados, logra mantener su esencia, nostalgia y parte colonial. “Salgo en el auto con el vidrio bajo y saludo a todos”, asevera.

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