Quieren que funcione las 24 horas
En esta época en donde los semáforos están floreciendo por distintos puntos de la ciudad y los barrios, en Ringuelet están preocupados por el funcionamiento de un ordenador añejo, ubicado en uno de los cruces más importantes y peligrosos de esa geografía.
Se trata específicamente del semáforo de Camino Centenario y 511, que si bien de día cumple con su misión casi a la perfección, entra en receso a partir de las 22 horas hasta las 6 del día siguiente.
Esto ha generado preocupación en los vecinos de la zona que tienen que atravesar ese conflictivo cruce, en los horarios en donde el semáforo permanece en amarillo, ya que dicen que cruzar el Camino Centenario es una tarea "de titanes", y son frecuentes los accidentes que allí se producen y mucho más frecuentes las frenadas estridentes.
Ante esto, se ha comenzado a juntar firmas para remitirlas a los organismos comunales que corresponda, a los efectos de solicitarles que se extienda el funcionamiento del semáforo a las 24 horas. Este pedido se viene haciendo telefónicamente desde hace más de tres meses, a la línea gratuita que dispone la Municipalidad, pero hasta ahora no se han encontrado eco a los reclamos, por lo que se ha instrumentado el mecanismo de elevar una nota que ya cuenta con la firma de más de cien vecinos.
Una vecina nos dijo que "cuando se corta el semáforo y queda en amarillo es un peligro cruzar el Centenario. Las 22 es muy temprano, ya que muchos regresamos a nuestros hogares después de esa hora y notamos que el tránsito es muy intenso aún. Tenemos que recordar que la 511 es una de las puertas de acceso principales a Ringuelet, prácticamente comparable con la avenida 7".
Recordemos que además del cruce del camino está el giro a la izquierda (habilitado) para los que llegan del norte hacia Ringuelet y los autos que saliendo de la localidad giran a la izquierda a pesar de ser una maniobra no permitida, pero que varias veces hemos visto que cuenta con el visto bueno de Control Urbano, cuando ha hecho operativos en el lugar.
Pero si todo esto se genera los días de semana, no resulta extraño suponer que durante los viernes y los sábados a la noche, la zona adquiere ribetes más problemáticos, teniendo en cuenta que la actividad en los restaurantes y boliches de la zona norte multiplican la afluencia de vehículos, que no siempre respetan las mínimas normas de convivencia en el tránsito y no desaceleran ante un ordenador que funciona en amarillo.
Por todo esto, la inquietud vecinal que apunta a prevenir posibles males mayores, en un momento en el cual, en materia de tránsito estamos más propensos a lamentar que en prevenir.
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