viernes, 17 de abril de 2009

Teatro en La Anunciación

Se estrenó el Cuarto Rey Mago
Ante una nutrida concurrencia, que colmó el SUM del Colegio La Anunciación se estrenó la obra teatral "El Cuarto rey Mago". La cita fue el Viernes Santo, en donde luego de las actividades religiosas, el grupo de teatro puso en escena la obra basada en el drama de Artaban y su búsqueda de Cristo.
La obra se repitió el Domingo de Pascua y ahora, dado el éxito obtenido, se la incluirá dentro de un programa de presentaciones que se realizarán en otras parroquias de la Arquidiócesis de La Plata.
En escena, Román Fornessi interpretó el papel de Artaban; Patricio Bruno hizo de Orontes; Daniela Del Bono interpretó el papel de Judith; Luciana Falcón y Camila Unzué como Sara; Agustín Fabbi hizo el papel del hombre enfermo y Marianela D´Ambrosio y Camila Tinto interpretaron a la mujer de Belén.
También participaron Oscar Cerimelli; Paula Del Bono; Agustín Cerda; Elisabeth Carbonella; Milagros Cerdá; Andrea Pizarro; Mariano Spléndido como Jesús; Pablo Cerdá como Pedro; Emilia Franchetti; Thomás Lamiral; Francisca Piedrabuena; Luján Bruno; María Paz Cerdá; Lucía Del Bono y Fermín Piedrabuena. La dirección estuvo a cargo de María Belén Spléndido.
En tanto, el pasado 25 de abril el Grupo de Teatro presentó la obra "Fátima" en la parroquia Nuestra señora de la Luz en Tolosa.
La historia
La historia de Artaban se encuentra en algunos textos antiguos que dan cuenta del largo camino que recorrió buscando a Jesús para entregarle el regalo que debió haberle obsequiado la noche en que nació, junto a Melchor, Gaspar y Baltasar.
Artabán en su camino a reunirse con los otros tres Reyes Magos en Borsippa, una antigua ciudad de Mesopotamia, para iniciar junto al camino a Belén, tuvo muchos contratiempos. La pobreza y la enfermedad se le cruzaron en el camino, y no solo repartió parte del tesoro que llevaba, sino que también se atrasó en el viaje y nunca encontró a los otros reyes.
Decidido a cumplir su misión, emprendió un largo camino sin descanso hasta Belén para adorar al niño, pero al llegar, Jesús había nacido y José y María estaban rumbo a Egipto, escapando a la matanza ordenada por Herodes. Pasaron los años y en su larga tarea por encontrar a Jesús ayudaba a toda la gente que se lo solicitaba.
Treinta y tres años después el viejo y cansado Artabán llegó al monte Gólgota donde se estaba por crucificar a un hombre que, decían, era el Mesías enviado por Dios para salvar las almas de los hombres. Artabán no tenía duda en su corazón, aquel hombre era quién había estado buscando durante todos esos años.
Triste y desconsolado, nuestro cuarto rey mago se sentó junto al pórtico de una casa vieja. En aquel momento, la tierra tembló de forma brusca y una enorme piedra golpeo la cabeza de Artabán. El temblor aquel anunciaba la muerte de Jesús en la Cruz.
Moribundo y con sus últimas fuerzas, el cuarto rey imploró perdón por no haber podido cumplir con su misión de adorar al Mesías. En ese momento, la voz de Jesús se escuchó con fuerza: Tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber, estuve desnudo y me vestiste, estuve enfermo y me curaste, me hicieron prisionero y me liberaste. Artabán, agotado, preguntó: ¿Cuándo hice yo esas cosas? Y justo en el momento en que moría, la voz de Jesús le dijo: Todo lo que hiciste por los demás, lo has hecho por mí, pero hoy estarás conmigo en el reino de los cielos.




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