Inauguraron el paseo, con los dos vitrales restaurados en Tolosa
Fue el último trabajo de Ernesto Borstelmann
fallecido en enero pasado
Manteniendo intacta su impecable y sofisticada arquitectura, y conservando su espíritu de origen, reabrió sus puertas el Pasaje Rodrigo, edificio perteneciente al Patrimonio Arquitectónico de la ciudad de La Plata.
El Pasaje Rodrigo ofrecerá un nuevo escenario comercial, con 3.600 m2 distribuidos en 4 plantas, más de 35 locales, cafés y un restaurante.
Sus cuatro niveles, activamente relacionados y coronados por dos bellísimos vitreaux, fueron respectivamente nombrados en reconocimiento a cuatro de los árboles típicos que embellecen la ciudad de las diagonales: Tilo, Jacaranda, Plátano y Paraíso.
La restauración de los vitrales se llevó a cabo por los expertos Ana María Callegaro y Edgardo Borstelmann, en su taller de Tolosa. Se trata de dos vitrales franceses, de 4 metros de ancho por 11 metros de largo, que fueron traídos a la Argentina especialmente para el Pasaje en el año 1927 Cada uno de ellos, está constituido por teselas esmaltadas unidas por plomo (técnica tradicional). Uno de ellos representa El Comercio y el otro la Industria.
La restauración de los mismos constó de varias etapas, entre las que se destacan:
El desmontaje: previa numeración de los paños, se lavo cada uno cepillo de suaves cerdas con agua destilada y detergente de PH neutro. Restauración de las teselas rotas o deterioradas: la misma se realizó de acuerdo a las normas de los antiguos vitralistas europeos empleando vidrios de textura y color, procediendo a su esmaltado y horneado con productos en base a oxido de metales de alta temperatura, de origen francés y alemán. El plomo para las varillas de unión de las teselas se fabricó con aleación idéntica a la existente.
Cabe destacar que el trabajo fue terminado por Ana María Callegaro, ya que Edgardo Borstelmann falleció el pasado 23 de enero, cuando la restauración del Pasaje Rodrigo no se había concluido.
El Pasaje Rodrigo ofrecerá un nuevo escenario comercial, con 3.600 m2 distribuidos en 4 plantas, más de 35 locales, cafés y un restaurante.
Sus cuatro niveles, activamente relacionados y coronados por dos bellísimos vitreaux, fueron respectivamente nombrados en reconocimiento a cuatro de los árboles típicos que embellecen la ciudad de las diagonales: Tilo, Jacaranda, Plátano y Paraíso.
La restauración de los vitrales se llevó a cabo por los expertos Ana María Callegaro y Edgardo Borstelmann, en su taller de Tolosa. Se trata de dos vitrales franceses, de 4 metros de ancho por 11 metros de largo, que fueron traídos a la Argentina especialmente para el Pasaje en el año 1927 Cada uno de ellos, está constituido por teselas esmaltadas unidas por plomo (técnica tradicional). Uno de ellos representa El Comercio y el otro la Industria.
La restauración de los mismos constó de varias etapas, entre las que se destacan:
El desmontaje: previa numeración de los paños, se lavo cada uno cepillo de suaves cerdas con agua destilada y detergente de PH neutro. Restauración de las teselas rotas o deterioradas: la misma se realizó de acuerdo a las normas de los antiguos vitralistas europeos empleando vidrios de textura y color, procediendo a su esmaltado y horneado con productos en base a oxido de metales de alta temperatura, de origen francés y alemán. El plomo para las varillas de unión de las teselas se fabricó con aleación idéntica a la existente.
Cabe destacar que el trabajo fue terminado por Ana María Callegaro, ya que Edgardo Borstelmann falleció el pasado 23 de enero, cuando la restauración del Pasaje Rodrigo no se había concluido.
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