Historia del anillo nupcial
Por Norma Dato
Antiguamente el novio ataba las muñecas y tobillos de la novia con cuerdas hechas de hierbas, con este ritual se creía que el alma de la mujer no lo abandonaría rápidamente. Los cambios de creencias y costumbres, no usaron más cuerdas sino anillos de hierbas, luego de cuero, pero como se deterioraban con el uso se prefirió piedra pulida. Esta era resistente pero nada estética y se optó por los metales. En
Egipto la usaban A.C. y su forma circular simbolizaba la eternidad, ni principio ni fin, lo colocaban en el dedo anular cuya vena llegaba directamente al corazón, lo que significaba estar en contacto con los sentimientos que, se creía, nacían allí. En Roma las damas no sólo usaban la sortija nupcial sino anillos en todos los dedos, en pleno apogeo del imperio, con piedras de color en especial rojas. En Bizancio (antiguo nombre de Estambul, la sortija era de bronce y llevaba símbolos cristianos. La tradición española decía que protegía de los malos espíritus.
El ritual romano consistía en entregar un anillo (solamente a la novia), promesa pública de que el contrato matrimonial entre el hombre y la mujer sería respetado. En esas épocas, siglo I DC, se hacía de hierro. Recién en el siglo II se lo hizo de oro. Los cristianos adoptaron esta costumbre y se convirtió en parte integrante de la ceremonia matrimonial. En el siglo XV simbolizó la fidelidad conyugal y se reforzó con el diamante como sello. Qué mejor emblema para una asociación que iba a durar toda la vida, el diamante, capaz de resistir el fuego y que protegía del veneno de las serpientes y de las enfermedades. Desde el matrimonio del archiduque Maximiliano de Alemania con María de Borgoña, 1477, comenzaron a usarse las alianzas iguales para ambos contrayentes, más la sortija de diamantes para la novia. En cuanto a las inscripciones, la más lejana data del 400 AC, en Grecia, que tiene grabado la palabra "cariño".
Los puritanos, siglo XVI, trataron de abolir el anillo de bodas pero no lo consiguieron. En esta misma época, el sacerdote cristiano con el anillo tocaba 3 dedos de la mano izquierda..."en el nombre del Padre...del Hijo...y del Espíritu Santo y lo colocaba en el 4to dedo. En el siglo XVII, las sortijas estaban adornadas con corazones atravesados por la flecha de Cupido o engarzados por dos manitos. A fines del siglo XIX se usaban engarces planos esmaltados en azul ultramar y, sobre ellos, la palabra "amor".Se reemplaza en las clases pudientes, el oro por el platino al cual se llamaba "el metal del cielo". "El ciclo de la vida y el cielo son redondos y en ellos, se basa el amor y la felicidad". (Plinio "El Viejo", naturalista y sabio romano).
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